En psicología, y sobre todo en cuanto a los trastornos psicológicos que existen, sobrevuelan numerosos mitos. Es imprescindible, que estos mitos sean derivados, ya que de esa manera podemos conocer con certeza en que consisten y no cometeremos errores a la hora de hablar de ellos y no extenderemos bulos.
Concretamente vamos a hablar en este articulo, de los mitos que existen alrededor del trastorno bipolar.
- El trastorno bipolar no es «tener dos personalidades diferentes»: Muchas veces, las personas creen que simplemente consiste en una persona, cuya personalidad cambia de manera radical, tal cual jekyll & hyde, pero lo cierto es que no es así, las personas que tienen este trastorno tienen cambios en su estado de humor, es decir, pasan de episodios de euforia desbordante a la más absoluta de las tristezas. No obstante tienen más a la depresión, aunque depende, hay diferentes tipos de perfiles.
- En la fase maniaca estas personas son muy felices. Eso es totalmente falso, por un lado, es evidente que pasan tiempo alegres por su propio trastorno, pero si pasan mucho tiempo en este «pico» al final se irritan y se ponen excesivamente nerviosos. Los pacientes a menudo nos comentan que tienen mucho miedo a esa fase, ya que sienten perder el control por completo y tienen muchisimos problemas, debido a esa irritabilidad y esos pensamientos, para dormir y descansar.
- Este trastorno es muy difícil de tratar. No es así, en el caso de este trastorno, como en muchos otros, son fundamentales 3 cosas : la medicación, la terapia cognitivo – conductual y el conseguir un estilo de vida sano, con pautas que puedan seguir en su día a día, como conseguir un ritmo de sueño adecuado o ejercicio diario.
- Es un trastorno poco frecuente. Tampoco es cierto, se trata de un trastorno que puede llegar a afectar a un 3% de la población mayor de edad en nuestro país. Las cifras son muy similares en Estados Unidos.
- Este trastorno no afecta a los niños ni a los adolescentes. Los niños y los adolescentes pueden tener este trastorno, no obstante su diagnostico se suele hacer más tarde de los 18 años, ya que los patrones de este trastorno pueden ser muy variables de una persona a otra.
Como hemos dicho, es fundamental, que podamos tener información lo más precisa posible, ya que ciertas informaciones falsas provocan, entre otras cosas, mucho dolor e indignación en las personas que padecen esta enfermedad y en sus familiares.